jueves, 5 de noviembre de 2015

Ganadores Concurso de Microrrelatos IES Turaniana 2015

Habiendo leído y valorado los 13 relatos participantes en el I Concurso de Microrrelatos IES Turaniana 2015, el jurado ha elegido los siguientes como ganadores:

-1º PUESTO:

La presencia, de Alba María García Membrilla 3 ESO B
El sol disfrutaba de sus últimos instantes de reinado, cerré el libro y pensé con resignación ¡Qué aburrimiento! Di un salto de la cama y me asomé a la ventana. Ya había anochecido, llovía, el agua golpeaba los cristales con fuerza, casi con rabia, la noche se presentaba negra y desapacible. Bajé a la cocina y preparé una taza de chocolate caliente, cuando oí que alguien golpeaba la puerta, me asomé por la mirilla, pero no había nadie, -Qué extraño -pensé. De repente el teléfono sonó, casi me da un infarto. Lo cogí, pero nadie contestó. De pronto oí unos pasos en las escaleras, alguien bajaba lentamente, pero... si estaba sola ¿Quién podría ser? El corazón me palpitaba tan rápido que lo sentía en la garganta. Una presencia pálida y demacrada apareció ante mis ojos, su pelo negro, su palidez, su escuálida figura... aquella mujer alargó la mano y me dijo: -Ven conmigo. Yo aparté la mirada y con terror me vi a mi misma, tendida en el suelo, inmóvil, mi gato lamía la sangre que lentamente se deslizaba por mi cara, ¡Dios mío, no puede ser! ¡Estoy muerta!


-2º PUESTO:

Nívea luz rojiza, de Chaima Benssar 4º ESO A
Me tomó de la mano, infundiéndome valor, y yo lo seguí, dejándome engullir por la oscuridad. Por un momento sentí su respiración quemándome en la nuca y no pude evitar tensarme. Busqué a tientas su cuerpo y tras dar con él, traté de acariciarlo suavemente sin causarle daño, pero fue en vano.
Recorrimos el callejón y al llegar al final volví a sentir la nívea luz de la luna y sabía lo que eso significaba. Teníamos la respiración agitada pero aún me agarraba la mano con fuerza. Intenté no mirarle, pero ya habíamos tenido demasiadas luchas aquella noche y no me apetecía ninguna conmigo misma, así que alcé -con miedo- la mirada hacia él, y me frustró no saber diferenciar entre su sangre, la mía, y la de ellos.
"Todo estará bien mientras estemos juntos." Recuerdo que dijo. Pero me soltó, y me perdí. "Mentiroso", pensé. Miré al suelo en un desesperado intento por no llorar y localicé la sangre que goteaba de su cuerpo. Corrí lo más rápido que pude en su busca y para mi suerte -o mi desgracia- le encontré. Pero ya no era él. Se volteó y me miró impasible. "Corre" me dijo por última vez.

-3º PUESTO:

Enigmas de la confusión, de Adriana Calderón León 4º ESO A
El sol disfrutaba de sus últimos instantes de reinado.
Observaba a través de mi rizado pelo como se atenuaba aquella casi imperceptible luz que iluminaba la oscuridad de mi habitación, al igual que se adormecía mi amor por tus lunares y me decían adiós cada una de las golondrinas que adornaban los tonos rosados del cielo de Roquetas de Mar.
Me confundes, ¿sabes? Confundes mis miradas, mis pensamientos, mis elecciones, mi manera de vivir, de actuar, de comprender el mundo... Confundes mis mejillas y mis ojos, que sonrosadas y vidriosos ocultan su naturaleza cuando te acercas a mí.
Me confunden tus sonrisas, tus miradas, tu voz, tu forma de pensar, de reír. Me confundís tú y tu todo.
Simple, aunque no lo parezca... Solo un misterio con infinidad de preguntas. Me has hecho ver lo simple que eres, y ese es el problema.
Tengo miedo de ello. Miedo de que Cortázar tenga razón y que realmente me engañe al decir que te quiero, ya que puedo ser una mano derecha enamorada de que seas el guante izquierdo.

-4º PUESTO:

El destino de un imperio, de Larisa Belintan 4º ESO A
Los batallones de no-muertos avanzaban con rapidez, al encuentro  de una tropa a la que superaban en número y en fuerza. Seguramente aquel campo de batalla se hubiese convertido en un cementerio para aquellos que lo único que deseaban en aquel momento era volverse hacia atrás y huir, pero a pesar de todo, nadie dio la espalda. El valor y el deseo de proteger a los suyos fue lo que les hizo continuar. Dieron el paso adelante, y ya nada les detuvo. Se dirigían hacia una muerte segura, más nada les detendría. Tal vez el fracaso estuviese de su lado, pero siempre se levantarían y volverían a intentarlo.
El destino del imperio se decidiría en aquella batalla que cambiaría la historia inundándola de luz, o sumergiéndola en la oscuridad.

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